El albatros de Baudelaire es un rayo,
un cirro emplumado, un cometa carnoso, pacífico, volante
Protesto, me protesto, me regaño,
qué duro es no tener el talento del bello pájaro,
qué hermoso sería ser el bicho poético,
y qué ingrata son las palabras
cuando no acuden a mi llamada
y revolotean con el plumífero oceánico
o follisquean con el salitre vaporoso y el solano
Y mientras llegan y no llegan,
ansisoso de otoños, cegado de esperanza,
me asomo al mundo y me siento comatoso, adjetivando sin talento
Entonces me descalzo, me desquicio, me descarto,
me duermo, esperando a las palabras, al albatros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario