miércoles, 24 de noviembre de 2010

Fiebres, conferencias y diarios

Ayer tuve un día de perros. La fiebre me subía por la espalda como mala hierva, pero reaccioné rápido y la corté como a un rastrojo. Hoy he estado boludeando de acá para allá. He terminado algunos cosas pendientes y por la tarde me he quedado en casa con Lenin como compañía. No se ha separado de mí en los dos tardes que llevo en casa, quién dijo que los gatos no son fieles compañeros.
Esta mañana me acabé largando de las jornadas de Torrente Ballester, qué horror, qué poca empatía y comunicación. Expertos leyendo folios y folios, discursos monótonos, monocordes, carentes de interpretación. Qué fracaso para esas personas que han dedicado su vida a la docencia.
No puedo decir lo mismo de la conferencia de Pilar Sordo, una psicóloga chilena que me enseñado y entretenido mucho esta tarde, y sin necesidad de salir de casa. Hablaba sobre las relaciones entre hombres y mujeres en un tono ameno y divertido.
Durante la tarde he dudado si poner la cuarta temporada de The Wire, pero al final he desistido, voy a esperar no sé a qué, pero voy a esperar.
En esas que iba y venía me he cruzado con el diario en formato blog de un colega. Me ha impresionado su desnudez y franqueza. El germen del diario es la separación del autor con su chica. Está escrito con las tripas, y eso se nota. Me sorprende la capacidad de transformar su dolor tan a flor de piel en literatura. Espero que le sirva de catársis, y si le sirve de consuelo decirle que está haciendo alta costura. Que te mejores, colega.

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