Miro a la garganta del sueño. Quiero tocarla y hundirme en ella. Zumbidos, un olor a pétalos y quizá algo de güisqui derramado en sus paredes lo aconseja. Abro los panes que se resguardan del frío dental. La caries es sincera y la lengua un muladar en el que crecen algas. A lo lejos veo una gran bola roja, creo que es la amígdala. Me acerco porque soy de los que aun usa paraguas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario