martes, 24 de septiembre de 2013

El monstruo de la opereta

Me tumbo sobre la dolorosa alfombra de la libertad,
selva donde el día lanza trinos afilados.
Voy en coche, mi cadáver hace de copiloto.
Si olvidé en tu boca mis sueños y cadenas
es porque la muerte es hermosa y el viaje una quimera
En el cielo alguien dibuja todos los amaneceres,
mi conducción es imprevisible y contradictoria
Soy humano pero quería ser otra cosa,
por eso lloro en el periplo hacia la libertad
en el que me siento el monstruo de la opereta
Mi boca de fauno, mi verga libre y rapaz
Contra el orgasmo abierto de soledad me estrello
Luces de sirena en la franquicia acorazada
del amor y el mármol de unos besos desorientados
Quiero ser y estar pero largas y livianas dianas
se agarran a los tobillos de mi lucidez
Por ahí va una paloma partida por la pena,
que crueldad la de romper y desplumar sus alas
No quiero mirar, pero soy el monstruo de la opereta
Soy agredido y agresor, fuego en la solapa de la niebla
La libertad es una construcción dolorosa, vértigo gritando,
sueño de oro eterno escondido en algún lugar.


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