He conocido la noche, y con ella:
el argumento estoico y decidido del borracho,
el vapor químico y pirenaico del nevado,
la salud quebrada del noctámbulo impasible.
He conocido la noche, a través del cristal
he narrado cada segundo en filatelias y cigarrerías,
en vasos desbordados y llagados de tormenta,
y he levantado un muro de conchas y espinas.
He conocido la noche, la he atornillado
con bisagras al marco de la bóveda infinita,
la he lijado con plastilina y camaleones,
y en su pecho me he duchado y no sé qué más.
He conocido la noche, la he amado y odiado;
he bebido de su boca de mercado;
de su risa religiosa y putañera, de su brillo falseado
me he casado y divorciado, o al menos eso pretendía.
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