viernes, 8 de enero de 2010

Muerte y fruta

Siempre que preguntan cómo me gustaría descansar después de la vida, no se me ocurren muchas formas de salir del paso, si acaso una incineración express de esas baratitas. Pero hoy, leyendo al Maestro José Carlos García Fajardo, he resuelto una de esas dudas en la que a uno siempre le pilla el toro. Cuando llegue mi hora me gustaría que me enterraran a pelo en la tierra. Un hoyo, un muerto y unas semillas de algún árbol frutal. Para que la muerte no sea en vano y engendre vida, sin romper la cadena de la naturaleza. Y si alguien quiere visitarme hasta puede tomar un pieza de fruta, o dos.

2 comentarios:

  1. Me encanta!!! Desde hoy tomo en seria consideración copiar tu voluntád última

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  2. Al menos para algo habremos servido, qué cojones

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