miércoles, 25 de mayo de 2011

Algunas funciones


Pesar el alma del mundo en una báscula de muertos y sangre, ésa es la función del poeta. Recopilar nervios perdidos, sudar la inquina que impide los movimientos inversos de hombro y rodilla. Jurar que dios es un matorral y quemar el monte. Beber vino y buscarle a las uvas la ira. Ser vuelo raso, inmensidad de ballena, afeite nocturno.
Intoxicar con poesía a los pájaros del parque, sembrarla en tumbas y relojerías, colgarla del cielo de las primaveras y multinacionales. Crecer con la pluma del orgasmo en la lengua y zarandear con la palabra a la gente, ésa es la función del poeta.
Además de ser futurible, productivo y doblemente competitivo, tiene que buscar la belleza en la mueca amarga de la luna, y suministrar a ancianos y niños las voces del agua con todas las tecnologías. En esos casos, las dunas siempre ayudan.
Emborronar pantallas y cuadernillos. Dormitar en servilletas y estrellas desharrapadas. Jugar al balompié con naipes y ratoncillos hasta quemar todas las reservas de petróleo y agotar la paciencia de las cancillerías. Y si es posible, quemar las consignas de una vida funcionariada, ésa es la función del poeta.

1 comentario: