miércoles, 1 de junio de 2011

Mañana soleada. Una flor de nuca partida ve alejarse al viejo peine de concha que ha desbrozado las calimas revueltas de sus pétalos. El Spleen es cada vez más intenso y los poetas dibujan con sus miradas versos imposibles. Hay un ritmo de vida exquisita en este vertedero de hombres muertos.

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