domingo, 9 de septiembre de 2012

Ley de vida

A veces me pregunto si soy poeta. La duda es la mejor manera de filtrar la vanidad. No creer en Dios nunca ha sido un problema; ahora, no tener dioses con los que caminar es como intentar cruzar un río sin puente. Me he descalabrado varias veces. Sé de lo que hablo. Hay días en los que no sé si escribir un relato o un poema. Hay días en los que escribo sin marco. Doy brochazos y descongestiono el amor que siento por los animales. Soy primitivo, y mi amor, muy rudimentario. Descanso sobre las piedras, sobre las falanges de las hormonas.
A veces me pregunto si soy poeta. Sé que no hay respuesta, porque por mucho que el mundo deje de girar, siempre seré el centro de mis derrotas. Veo la gradación de la palabra 'sufrimiento' en las paredes orgánicas que apuntalan los ojos del hombre. Por eso intuyo imágenes, tolero las inconsciencias, busco el abrigo gratificante que emana de las botellas. 
Un día mueres, otro día naces. Es ley de vida, balbucean en la taberna abogados, albañiles, camioneros, periodistas, electricistas, pescaderos, community managers, curanderos. Es ley de vida, dicen. 
¿Alguna vez has odiado tanto que no tuvieras sangre con la que pensar? El poeta ama y odia con todos sus fuerzas. No entiende de medias verdades. Es unidad. Artefacto imperfecto. Sus delirios se deslizan por raíles de sangre como barcazas de fuego en océanos de napalm.
Nunca intentes retener a un poeta. El secuestro es el mayor agravio. Si quieres verlo morir: ampútale las alas. Si quieres verlo crecer: ponle vino sobre la mesa y déjalo a su antojo, como un niño caprichoso que baila desnudo, con la verga tiesa, en todas las direcciones posibles del mapa. No todos los paseantes solitarios son poetas, pero todos los poetas son paseantes solitarios. Es ley de vida.

1 comentario:

  1. la poesía y las alas de la virtud
    el cadadía lleno de eso y de lo otro
    que no aguantas
    la poesía que es redención y es llanto
    poetril 200 miligramos
    un vaso
    un amigo
    un tránsito
    y ahí vas
    como tus versos
    sin adagio
    templando la pena
    buscando un descanso

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