sábado, 19 de julio de 2014


Tan sencillo como escuchar a primera hora de la mañana la música del mar. La bruma de la costa africana en frente. A esta hora aún es posible la levedad del sol, caricia limpia de fuego. Aquí el viento puede ser el caos, pero hoy casi no sopla, por ello el Atlántico tiene hechuras de plato plano. Las pateras que cruzaron a inmigrantes aquí sirven de maceteros salvajes. Hay en el ambiente una sonoridad de gemido lento. Miro el horizonte, lo que está cerca parece lejos. 

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