lunes, 6 de abril de 2009

El Osteópata

Me levanté con la espalda hecha un leño. Parecía como si me hubiesen cosido, mientras dormía, con un hilo metálico, frío, enhiesto e imperecedero. La noche anterior había sido dura: doce horas en el tajo y la recogida: cientos de kilos acomodándose en mi espalda, y el rumor de una noche acabada canturreando en el hombro ; y luego hablan de derechos y clase media. No me lo creo, esos politicuchos solo inventan fantochadas! 

Bueno, perdón, mi nombre es Jonás y tengo la espalda casi tan jodida como mi ego. Tengo 33 años y mi madre cuando me tuvo, lo primero que hizo fue persignarse, porque, como había dicho una abuela medio bruja a la que nunca conocí, "el niño será cetrino, casi negro, y saldrá del vientre empalmao como perro viejo", y así fue, y por culpa de ello he sufrido algunos males, el primero: el abandono de mi padre, ya que, rubio como la cebada, cuando me vio ennegrecido me abandonó junto a mi madre; pero eso no tiene nada que ver con lo que yo he venido a contar.

Resulta, que cuando llego a casa después de la jornada laboral de la "clase media" - no sabía que la habíamos alargado tanto, que yo sepa en el contrato tengo firmadas cuarenta horas- me quedo dormido, me olvido, me relajo y al despertar, plaffff!, el leño en la espalda. La Juani que no está. El perro que no para de menear la cola, cree que lo voy a sacar a dar el paseíto. Su rabo es una sierpe erecta cabeceando velozmente de izquierda a derecha, de izquierda a derecha, joder! como pica en la pantorrilla el latigueo incesante.

Me incorporo, aparto al perro, ¡quita Chus!, sí, ya sé, no es un nombre muy... muy... bonito? Cojo el móvil, pero no tengo saldo. Descuelgo el teléfono de casa y llamo a Quintana, el marido de la Pepi, con la que imagino que estará mi Juani. Piiiii....Piiiii....Piiiii, parece que no hay nadie. Cuelgo. Plafff!, en mi espalda sigue el Leño y en el cuarto de al lado Raulito, el vecino de granos como volcanes, que tiene a todo lo que da el ordenata al  grupo americano ese, los Korn, joder qué enfermos, como me machaca el Raulito de los huevos, casi tanto como mi espalda.

Decido salir, me aseo como puedo, me calzo las zapatillas pero ni me las ato, el leño en la espalda no me deja, me ha robado lo poco que me quedaba que era la elasticidad. Joder!, con lo bien que estiraba las piernas en Kick-Boxing, se las metía a la peña doblas.

Me pongo a andar por la calle. Me duele al respirar. El pecho derecho parece tener un punzón que se activa cuando el pulmón se hincha un poco más de la cuenta. Joder! con el leño en la espalda. Me tengo que parar, demasiadas punzadas en el pecho. Recuperaré la puta flexilbilidad?, mira que si no estoy vendido en el Kick. Le podía haber pasado a otro... al Quintana, por ejemplo que no hace na, pero na de na. Plafff! Joder! , que punzá.
 
Llegó al Gym y busco en el tablón hasta que veo, Osteópata, Acupuntura y Homeópata Teléfono: 679435462, preguntar por Ruiz. Me acuerdo de aquella seria del pequeño Cid y por un momento el leño parece volatilizarse, perderse en otro mundos, otros mares..., pero plafff!!! Cómo tú por aquí a estas horas?, y me saca de los recuerdos de la infancia el Comba,  un manotazo en el leño, bienintencionado pero en leño. Joder!!!, miro al comba como si aun tuviera elasticidad y salgo por patas del Gym. CONTINUARÁ

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