Sueño con un tigre blanco. Me observa desde la atalaya.
Asoma su garra de bandolero sangriento
y encoge sus bigotes.
El felino es apoteósico, un volcán albino
que esconde una patria en su rugir, y él lo sabe.
Su mirada es de agua y filmoteca, su respiración un motor a ralentí.
En su andar, el cojín adulterado de su lomo,
tiene un gesto aristocrático, insultantemente atlético.
En el sueño el tigre me persigue como flecha convencida,
quiere muerte para seguir con vida.
Siento la cercanía de su angulosa complexión de maestro carnicero.
Mi respiración es un hilo que revienta de agonía,
y siento un peso, y de un desgarro tiño el aire del color de la emoción.
El tigre despierta en su jaula, tan sólo ha sido un mal sueño.
Me encantò la imagen de ese cojìn adulterado de su lomo..... un volcan albino que esconde patria, maravilloso, solo que no creo tenga pezuña sino garras ¿te lo parece ?
ResponderEliminarUn gusto leerte, un placer dar con este blog
Saludos chilenos