jueves, 18 de noviembre de 2010

Un día...

Un día voy a ser otro distinto. Un día me levantaré y no me reconoceré. Un día lavaré las alpargatas que tanto me gustan y devolveré los libros y cedés que me prestaron. Un día me acercaré por detrás y te diré lo mucho que te quiero. Un día escribiré todas esas novelas que pasan y enturbian mi mente de genio sin genio. Un día llamaré a mis padres. Un día besaré a la joven del segundo, esa que se pinta todas las mañanas con RNE y se ríe y habla con su gato color ceniza de nombre circense y se hecha la siesta oyendo Asuntos Propios. Un día tiraré los calcetines agujereados y compraré el botecito de pintura para adecentar esa mancha de la pared que lleva siete meses mirándome. Un día iré a casa de mis abuelos y estaré todo el día con ellos, porque ya sabes, eso de que las personas mayores les gusta estar y ser y sentirse parte de. Un día pondré la estantería que lleva tres meses en el suelo. Un día, a la luz que anuncia la mañana, me pondré con el inglés y hasta que no hable como Churchill no pienso parar. Un día dejaré de fumar tabaco y porros y salfumán y todo lo que se tercie. Un día, un día, un día, otro día y otro día y otro día y ...o..t...r...o.....d..........í.......................a.

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