sábado, 1 de octubre de 2011

Campo de amapolas




















Hay un club de
esperanzas
en cada esquina
Una nitidez de besos
balanceados
Por ahí van,
desmenuzando ángulos
muertos,
con la inseguridad del adjetivo
y la cacofonía,
como una manada
de perros atravesando
los descampados
de la infancia
Recuerdo los días
en que fluían
las estereofonías salvajes
y las ilusiones daban
vueltas de campana
La felicidad
en los merenderos,
con las familias,
atómicas potencias de amor
de risa en cascabel
Ahora siento
el vuelo oscuro de la paloma
como un enfrentamiento
de noches
Las estrellas se desangran
en un río
de luciérnagas destripadas
y los perros palidecen
enamorados de bestiario
Hay un club de esperanzas
en cada esquina
Un termómetro de eclipses
Una bici con alas
Una serenidad
de almohada
como un campo
de amapolas
donde descansa
la infancia

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