martes, 7 de agosto de 2012

Hay un aleteo de llantos que golpea a este pecho de potro acorazado
A menudo me pregunto si la pena no es una arritmia como una ola blanca
que cabalga en las espumas de la soledad
Llevo meses, quizá minutos, paseando latidos amargos
Por eso creo que me sobran las palabras:
con una puedo nombrar al mundo,
con dos, equilibrar las nostalgias, con tres palabras,
quizá, rescatar todas las tristezas que le nacen a la vida y mueren en el mar.

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