miércoles, 5 de marzo de 2014


Ha llegado la lucidez, ahora que el orgasmo ha partido el tedio de nuevo. Como el cuchillo atravesando la fruta. Como racimos de luna rompiendo la noche. La pastosidad envuelve la lengua, los objetos han abandonado la  pátina demoledora de la rutina, la música recupera su fluidez temporal. Reinicio el organismo hasta que el mundo vuelva a adquirir un color insoportable. Una luz lenta y porosa, como de instagram, y un silbido blanquecino, donde habitan y lloran todos los orígenes del hombre, se retira. Me abraza el sosiego. Es la pausa a la que el hombre aspira, una sensación de paredes herbáceas y filos de aguas acariciando la frente. El resquemor del fuego corre vivo aún. Más allá de la pausa, la muerte, la derrota. Como guiado a través de mis deseos, vivo en esta canícula de gatos ausentes y basurales inyectados. Aspiro a un paisaje de jardines a la deriva, a la muerte lenta del niño que devora sin remedio su llanto. 

1 comentario:

  1. Oi, gostaria de deixar expresso que você escreve muito bem. imagens belíssimas – mi espanol és muy malo para escribirlo

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