viernes, 22 de enero de 2016

Todos los caminos son posibles. 
La nevada del vientre dentro del vientre, 
mientras el agua vence las batallas de lo inmenso. 

Perder el tiempo en mirar cómo brotan las palabras. 
Dar vueltas al vacío del viento con las manos.

De no sé dónde es el lugar desde 
el que llega el brillo del hechizo

Lobo inquieto y barbarie habitan 
los celos equiláteros. Una ausencia cada vez 
más enorme hace un hueco de miedo en la cama. 

En blanco y negro, así se desnuda la noche

La circularidad de unos ojos abiertos 
es igual a la destemplanza de un planeta 
en busca de refugios desorbitados. 

Aúllan al otro lado de la ciudad.  
Sonidos tremendos de los que cuelgan minerales y estraza. 

Como una risa amarga y desnuda 
descomponiéndose en medio de la nada, 
se vive en esta vaga armonía. 

Los signos de la noche se olvidan al amanecer.
A la cruda luz de la mañana, todo vuelve a ser frío y verdad. 
  

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