viernes, 25 de noviembre de 2016

Hopper

Qué más necesitas.

Compras una cómoda,
una mesilla de noche,
una cama  y te regalan
una almohada en anacrusa.

Las paredes, desnudas y húmedas, 
como un jarro de agua fría. 

Te ofrecen una lámina
de un cuadro de Hopper
para que te tires a los 
brazos de la cultura.

El wifi del vecino
y un tendedero comunitario. 

La poesía a fogonazos, 
el frío trenzado subiendo la piedra. 

Es la vergüenza de no sentirte libre
en estos días de lluvia.

Vives a tientas 
con la sed celeste en los labios. 

El reloj interno se descose
junto al pájaro que duerme. 

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